Viajó en moto desde Catriel para asesinar a su ex esposa

“Ya está, ya la maté”, dijo el policía 

Esas fueron las palabras utilizadas por el uniformado que mató a su ex mujer, una mujer policía de 34 años este lunes al medio día en el colegio Paulo VI.

Todo ocurrió minutos después de las 13, cuando la mujer llevo a sus dos hijos al establecimiento.Según se supo desde la institución la mujer llegó tarde con los chicos, después de dejarlos, en el pasillo su ex pareja, la increpó verbalmente y acercandosé le disparó un cargador completo en la cabeza.

Los chicos no vieron lo que pasó con su madre, solo estaban en el lugar personal de la escuela entre ellas una maestra que estaba tomando nota de los chicos que llegaban tarde.

Luego de lo sucedido, un policía que estaba en el lugar le dio la voz de alto, pero el asesino se entrego, y dijo antes de dejar el arma en el piso, “ya está, ya la maté, ahora me entrego.

El autor del hecho fue identificado como Cristián Cóceres, cumplía funciones en la localidad de Catriel y la victima Yanina de Yulis.

Los primeros datos indican que la mujer policía que trabajaba en la Unidad 30 fue sorprendida por su ex pareja, un policía de la localidad de Catriel, quien le dio 6 disparos que impactaron en el tórax provocándole la muerte al instante. Para poder llegar de Catiel a Viedma, pasó un certificado por razones de salud y emprendió su viaje en una moto chopera roja.

Minutos después del homicidio, efectivos policiales que llegaron al lugar dieron con el autor de los disparos, un policía identificado como Cristian Coceres que no opuso resistencia al momento de ser reducido.

Mucha consternación en el lugar, ya que los padres a medida que se iban enterando de la situación corrieron a la escuela a retirar a sus hijos que afortunadamente no sufrieron ningún tipo de herida. Solo la conmoción de haber estado en el mismo momento que se produjo el homicidio.

Pasadas las 14.15 el Gabinete de Criminalística trabajo en el lugar haciendo el levantamiento de rastros sobre los alrededores donde cayó el cuerpo en el hall central del colegio, sobre uno de los laterales.

Presuntos testigos ocasionales, indican que la mujer que habría alcanzado a ver a su ex pareja con el arma, no tuvo tiempo de sacar su reglamentaria para repeler la agresión. El asesino llegó a Viedma y fue directamente a la escuela. Tras efectuar los disparos, se habría acercado al cuerpo y al observarlo habría dicho “ya está, ya la mate”.

Policía trabajó en el lugar donde se espera la llegada de las autoridades judiciales. La causa, en principio sería caratulada como “crimen pasional”. Los niños, de las manos de sus padres salieron conmocionados y llorando porque habrían presenciado el momento del ataque, que se habría dado en el pasillo del establecimiento.

La mujer policía tenía tres niños, de los cuales dos estaban en el Colegio Paulo VI al momento de producirse el hecho. Un niño de 6 años concurre a primer grado, mientras que el otro de 10 se encuentra en el sexto grado escolar. El tercer hijo es un niño de un año y medio.

La víctima fue identificada como Yanina De Yulis de 33 años y trabajaba en la Unidad 30 del barrio Guido, donde también tenía su domicilio. Según datos aportados por fuentes policiales el asesino viajo desde Catriel en moto, uniformado y armado. Hacia un año y medio que estaban separados.

Denuncias en vanoCoceres tenía al menos 8 denuncias penales por violencia familiar y hace 20 días le había advertido a la ex mujer que “si no era de él, no era de nadie”. Desde la fuerza, le habían retirado el uniforme en base a las violentas situaciones, pero se lo volvieron a restituir junto al arma de fuego con la que ejecutó a su mujer.

El cuerpo de De Yulis fue trasladado alrededor de las 16.15 a la morgue del hospital Zatti para la realización de la autopsia y la posterior entrega a sus familiares que la despedirán en una ceremonia de sepelio.

Debate sobre el psicológico en la fuerza

Con la muerte de la policía, en manos de otro uniformado, se abre nuevamente el debate sobre los exámenes psicológicos que deben realizarse habitualmente en la fuerza y que al parecer no se estaban haciendo hace mucho tiempo.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *