Cuando faltan pocos días para que llegue a su fin la campaña desplegada por los partidos políticos hacia las PASO, se hace evidente que incluyó escasas propuestas e igualmente magras referencias a la situación del país, que es –en definitiva– lo que importa en una elección de candidatos a senadores y a diputados nacionales.
En lugar de eso, sobró el uso de recursos del Estado para promover el voto a determinados candidatos. También el cruce de acusaciones, varias de ellas motivadas en añejos resentimientos personales.
Las cifras que indiquen las urnas al anochecer del próximo domingo serán el insumo principal para protagonistas y analistas de la realidad política provincial. Más difícil es pronosticar el humor social que se reflejará en ellas.
En el Frente para la Victoria, que acude por primera vez a una elección general desde que llegó al poder, provoca ansiedad conocer cómo responderán los ciudadanos de las principales ciudades de la provincia a las candidaturas propuestas.
El oficialismo no utiliza las PASO como internas puesto que presenta una sola lista para diputados y senadores. Sin embargo, los dos sectores en los que está dividido coinciden precisamente con la separación entre esas dos categorías. Nadie lo dice. Nadie lo confirma. Pero la candidatura de Pichetto para el Senado reúne a los peronistas más allegados al Ejecutivo provincial, mientras que la lista encabezada por María Emilia Soria para Diputados concentra el apoyo de aquellos justicialistas menos conformes con el gobierno de Alberto Weretilneck.
El corte de boletas no representa un hábito generalizado. No obstante, muchas miradas buscarán leer si aun leves incrementos pueden ser vistos como “mensajes” en favor de uno u otro de los proyectos internos lanzados ya en busca de un lugar de preferencia para la renovación del gobierno, en el 2015. Esas miradas estarán puestas sobre todo en el voto urbano, es decir el de Viedma, Bariloche, Roca y Cipolletti.
Luego de mirar las encuestas –que le dan a Pichetto una ventaja generosa en la intención de voto para la candidatura a senador nacional– Weretilneck se sumó a la campaña e instó a sus funcionarios en igual sentido.
Para algunos, esta actitud obedeció a la intención de compartir el mérito de un triunfo que considera cierto.
Para otros, no todo ha sido dicho, puesto que advierten que el gobernador no vería nada mal que la lista de su socio político sufriera un revés en Viedma. Quienes así opinan ponen en la balanza que, aun entre quienes comparten el Ejecutivo, hay más de un proyecto político. Y, aun cuando el presente los une, es probable que sus caminos se bifurquen o enfrenten obstáculos de difícil conciliación.
Pichetto, en todo caso, ha redoblado la apuesta y exhortado a “ganar por mucho” y a ser la provincia patagónica “con mayor diferencia” de votos en favor del Frente para la Victoria. En realidad, la crisis interna que el oficialismo vive en Chubut y en Santa Cruz y el tradicional hegemonismo del MPN en Neuquén no vuelven difícil su objetivo.
El senador invita a acompañar el “proyecto nacional” que lidera la presidenta, diciendo que hacerlo trajo a Río Negro la universidad propia, el pavimento de la Ruta 23, obras en la 22, la ampliación de escuelas y varios fondos más.
Curiosamente, confirma un argumento de la oposición, aunque ésta lo esgrime como un vector con sentido inverso.
Se objeta la “sumisión” al gobierno nacional, indicando que la pasividad o colaboración de la dirigencia provincial han contribuido a una brutal concentración de poder económico y político en manos de la Presidencia de la Nación que ha terminado por borrar lo que quedaba de federalismo en la estructura administrativa del país.
En Río Negro, quien con más énfasis ha planteado esta cuestión es Fernando Chironi, el candidato por la lista Blanca más Roja de la UCR. Para él es ilegal e inaceptable que la presidenta abuse del poder del Estado nacional para digitar en forma arbitraria obras y partidas presupuestarias según el grado de sumisión que presenten los gobernadores y parlamentarios de las provincias. A su juicio, esto implica una extorsión. Su visión es compartida por la conducción de su partido, que ha venido para respaldar su candidatura.
En cambio, ni Horacio Massaccesi ni Miguel Saiz han usado esos ejes con tal empeño ni son bien vistos por la cúpula del radicalismo.
El primero siempre manifestó su desprecio por esa dirigencia partidaria.
En cuanto al exgobernador Saiz, se ha visto en dificultades para estructurar un discurso nacional. Fue radical K y embanderó al radicalismo rionegrino con ese sector, pero hoy para obtener votos le resulta imperioso diferenciarse de esa corriente, identificada con la lista del Frente para la Victoria.
En su intento, había confiado en sumar un candidato a diputado ligado al Grupo Clarín, “archienemigo” de los K. Desarticulada su estrategia –porque no se cumplían los requisitos partidarios–, optó por hablar de una presunta “proscripción” de su frustrado candidato, el periodista barilochense Toncek Zidar.
En realidad, resulta evidente que él y, sobre todo, el propio Zidar se hubieran ahorrado dificultades si Saiz hubiera respetado las reglas internas partidarias que el exgobernador no podía desconocer.
Al tiempo que su sector buscaba diferenciarse, dirigentes peronistas objetaban que exfuncionarios de Saiz habían sido vistos en la Casa Rosada intentando apoyos de emergencia.
Como fuere, el destino de los votos tradicionalmente radicales podría dividirse en más de las tres líneas internas si, como parece, parte de la dirigencia ligada al exvicegobernador Bautista Mendioroz alienta la preferencia de que resulte elegida para el Senado la arista Magdalena Odarda.
Lo que explica tal orientación es que, si así fuera, el lugar de Odarda en la Legislatura sería ocupado por su suplente, Jorge Ocampos, exasesor y amigo personal de Mendioroz, quien sumaría así un integrante más a su minibloque virtual.
Claro que el eje para conocer el destino de la UCR es saber cuál de las tres líneas internas gana en las PASO. De eso dependerá que, en octubre, el resto de los votos radicales se sume al candidato ganador o se disperse en otras opciones, una de las cuales podría ser la del Frente Progresista.
El Partido Provincial Rionegrino también define el domingo próximo sus candidaturas internas, pero la expectativa en ese sentido se centra principalmente en las zonas Andina y Valle Inferior.
En definitiva, las PASO serán una prueba compleja por varias razones. La primera es que muchos electores no tienen una cabal información sobre su objetivo y la forma en que pueden votar.
Y porque, si bien son obligatorias, muchos las consideran una mera opción de participación voluntaria y dirigida a los afiliados de los partidos.
De la cantidad de ciudadanos que acudan finalmente a las urnas el próximo domingo dependerá en parte el resultado, puesto que una asistencia masiva contribuirá a reducir el impacto de las estructuras partidarias.
ALICIA MILLER amiller@rionegro.com.ar