(NOTI-RIO) La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) ha expresado su creciente preocupación por la posible reestructuración de las barreras sanitarias bajo la administración del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Esta inquietud surge en respuesta a rumores sobre la posible transferencia de la administración económica de dichas barreras a las provincias, e incluso la potencial privatización del servicio, lo que genera incertidumbre y malestar entre los trabajadores.
Walter Wertmuller, delegado de ATE en SENASA, afirmó que la falta de información oficial por parte del organismo y del gobierno no hace más que aumentar la tensión laboral. “Nos preocupa mucho esta situación, porque no tenemos ninguna información clara sobre lo que va a pasar, y esto está generando un malestar importante entre los trabajadores”, señaló Wertmuller. Las barreras sanitarias, fundamentales para la protección del estatus sanitario del país, emplean a unas 280 personas que cumplen funciones esenciales, como personal administrativo y del departamento jurídico.
Reconocimientos internacionales y desfinanciamiento
A pesar de la incertidumbre, Wertmuller destacó la reciente auditoría internacional realizada por la Unión Europea, cuyos resultados fueron sumamente positivos. “Los auditores quedaron impresionados con la eficiencia de nuestros controles. En otros países suelen atacar focos de infección una vez que ya se han presentado los problemas, mientras que en Argentina hacemos un trabajo preventivo muy destacado”, explicó. Esta labor de prevención ha sido clave para evitar problemas sanitarios mayores y ha llevado a las barreras sanitarias a obtener importantes reconocimientos internacionales.
Sin embargo, a pesar de la eficiencia y reconocimiento, el sector atraviesa una crisis de desfinanciamiento. El Estado nacional ha reducido los fondos destinados a las barreras sanitarias, lo que ha generado la expectativa de que las provincias patagónicas, las más beneficiadas por el estatus sanitario, aporten económicamente. “El problema es que hasta el momento no hemos recibido ningún tipo de respuesta, ni por parte del organismo ni de los funcionarios públicos”, subrayó el delegado de ATE.
Medidas de fuerza en evaluación
Frente a esta situación, ATE ha decidido declararse en estado de alerta y en asamblea permanente, esperando que las autoridades nacionales y provinciales ofrezcan una respuesta clara sobre el futuro de las barreras sanitarias y brinden seguridad a los trabajadores que, durante más de 30 años, han mantenido un alto estándar en los controles de sanidad animal y vegetal.
Desde el sindicato no descartan tomar medidas de fuerza si la situación de incertidumbre persiste. “Estamos preparados para defender nuestro trabajo y el estatus sanitario del país, que hemos cuidado de forma ininterrumpida por décadas”, concluyó Wertmuller, exigiendo una pronta intervención del gobierno que dé claridad y tranquilidad a los trabajadores.
Con el estado de alerta vigente, la situación continúa tensa, y los próximos días serán cruciales para determinar el rumbo que tomarán las negociaciones entre ATE, SENASA y las autoridades provinciales y nacionales.