La Escuela N° 46 de Colonia Juliá y Echarren celebró 100 años de historia, educación y comunidad

(NOTI-RIO) Con orgullo por su trayectoria, la Escuela N° 46 de la Colonia Juliá y Echarren celebró su 100º aniversario en una emotiva ceremonia que reunió a docentes, exalumnos, familias, autoridades y vecinos.
El edificio, que también cumplió 75 años de vida, se convirtió en el escenario de una jornada llena de recuerdos, homenajes y emociones compartidas.

Hoy celebramos cien años de historias, aprendizajes y crecimiento. Somos una gran familia, y cada uno de ustedes forma parte de esta historia que seguimos escribiendo juntos”, expresó la directora al abrir el acto, marcando el inicio de una celebración que combinó memoria y esperanza.

El repique de la campana, símbolo inconfundible de la vida escolar, volvió a escucharse con fuerza: “Hoy suena para anunciarnos que nuestra escuela cumple cien años. Un siglo de enseñanza, esfuerzo y comunidad”, se escuchó entre aplausos y sonrisas.

Durante los discursos, las autoridades locales destacaron el valor de la escuela pública rural y su papel esencial en el desarrollo de la Colonia.

“Esta institución no solo formó generaciones de estudiantes, sino también de ciudadanos comprometidos con su tierra, con su gente y con el trabajo. La escuela fue y sigue siendo el corazón de esta comunidad”, expresó el intendente, en un mensaje cargado de reconocimiento.

Por su parte, los docentes recordaron con emoción el legado de quienes los precedieron:

“Cien años después, seguimos creyendo en el poder transformador de la educación. Cada aula, cada recreo, cada historia compartida forman parte de una trama que se sigue tejiendo con esfuerzo y amor”, dijo una maestra con más de tres décadas de trayectoria en la institución.

La ceremonia incluyó la proyección de un video histórico, la colocación de una placa conmemorativa del centenario y la plantación de un árbol, símbolo de vida y continuidad. Los estudiantes leyeron un mensaje que emocionó a los presentes:

“Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol, y hoy celebramos la comunidad floreciente que hemos construido a lo largo de estos cien años.”

El encuentro también fue una oportunidad para el reencuentro de generaciones. Exalumnos y exdocentes recibieron reconocimientos por su paso por la institución, mientras los actuales alumnos interpretaron una canción dedicada a su querida escuela, llenando el ambiente de alegría y orgullo.

El festejo concluyó con un brindis y el corte de torta, compartido entre risas, abrazos y recuerdos. Luego, las celebraciones continuaron el fin de semana con un festival musical comunitario.

“Que sigan los sueños, que sigan los recuerdos, y que sigamos reencontrándonos con quienes hicieron y hacen suya esta querida escuela. Porque la historia se escribe día a día, con el compromiso y el cariño de todos.”

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