El coordinador de Fauna y Áreas Protegidas de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Río Negro, Diego Bellocchio, recordó que el puma “es un componente natural de los ecosistemas, ya estaba acá antes que los humanos llegaron” y, por lo tanto, sólo se permite una caza control selectiva, donde verdaderamente es un problema para el productor. Clarificó a APP que “no todos los pumas son problemas”, no siempre utilizan a la oveja como recurso alimenticio.
Explicó que “hay una ley, la 763, que la maneja el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, que fija un pago por piel de puma en función de los perjuicios a la ganadería”.
Indicó que “nosotros hicimos el año pasado una prueba piloto con ‘pumeros’, es decir, con personas que se dedican a eliminar el puma problema, porque no todos los pumas son un problema. Los hay que se ceban, tienen mayor predilección por las ovejas, pero no todos los pumas son problemas para el productor”.
Agregó que “la experiencia con los ‘pumeros’ la hicimos en algunos puntos de la Línea Sur, que es una estrategia que con los pumas problema está realizando también Chubut”.
Dijo a APP que este abordaje “puntual”, no generalizado contra el puma, tiene que ver con que este animal “es un componente natural de los ecosistemas, ya estaba acá antes que los humanos llegaron; le hemos modificado con las actividades agropecuarias su ecosistema, hemos eliminado presas naturales y le hemos puestos una presa más fácil de cazar como la oveja, y algunos pumas pueden utilizar la oveja como recurso alimenticio”.
Ratificó que se habilita a “los ‘leoneros’ o ‘pumeros’ cuando se trata de eliminar los pumas problema.
Respecto a otras especies silvestres, como el ñandú, recordó que “todas las que son nativas tiene una regulación respecto a si se permite o no la caza –y en caso que sí, con temporadas-, el ñandú es una especie protegida que no se permite su caza”.
Especificó que “sí pueden ser cazados la paloma torcaza, la liebre europea, la codorniz californiana, el conejo silvestre, el visón, el jabalí y el ciervo colorado”, el resto están prohibidas.
Respecto al zorro, esto pasa también por la ley 763, es decir, se paga la piel cuando resulta perjudicial para la ganadería.
Reconoció que es difícil cuantificar exactamente la situación de las especies silvestres, “estamos escasos de información”, porque “es muy costoso” realizar estas campañas. No es el caso del guanaco, que está protegido, y hay un programa nacional.

